Andoni Ortuzar Arruabarrena

Euzkadi Buru Batzar Andoni Ortuzar Arruabarrena

Andoni Ortuzar Arruabarrena

Presidente del EBB

Afiliado en la Organización Municipal de Abanto y Zierbena desde el año 1979

Nacido en  1962

Licenciado en Ciencias de la Información por la Universidad del País Vasco

Presidente del Euzkadi Buru Batzar de EAJ-PNV

Ex secretario general de Acción Exterior del Gobierno Vasco

Ex director general de EiTB

Ex presidente del Bizkai Buru Batzar

Ex parlamentario de EAJ-PNV en el Parlamento Vasco

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PERFIL

Soy Andoni Ortuzar, periodista de profesión y vocación, y en esta etapa comprometido en la política y con mi partido desde la presidencia del Euzkadi Buru Batzar. De familia nacionalista por aita y ama, a los catorce años empecé a militar en EGI, allá por 1976, y dos años más tarde me afilié en EAJ-PNV. Para mí fue un acto natural, corrían tiempos de efervescencia política y, aunque era muy joven, sentí la necesidad de comprometerme con mi País. En estas pocas líneas veo que he conjugado ya dos veces la palabra compromiso. Y es que para mí es fundamental. Me gusta la gente que se compromete, no solo ni especialmente en política, sino en cualquier actividad o tarea social.

Decía que soy periodista, de la Facultad de Leioa (EHU-UPV) y a mucha honra. Tuve bastante suerte (la verdad es que me considero un tipo al que –en general– la suerte le ha sonreído bastante) y pronto encontré trabajo. Aprovechando uno de los huecos que dejaba en las redacciones la gente que se iba a ETB, entré en DEIA en el año 82. Antes había sido corresponsal de Radio Popular y del propio DEIA en la Zona Minera-Mehatzaldea, mi ‘hábitat natural’. Soy hijo de Sanfuentes (capital del Mundo) y allí vivo, con el Serantes guardándome las espaldas y las minas de Triano enfrente para que recuerde el pasado de este país. Hasta mi casa llega el salitre de la playa de La Arena, donde tantas horas he pasado y paso todos los veranos. Tengo dos hijas, Garazi y Maddalen, que me hacen perder los papeles. Cuando hablo de ellas, sube el nivel del Cantábrico con la cantidad de babas que desprendo. Pero es que, la verdad, son dos ‘sorginas’ que engatusan a cualquiera. Lástima que no puedo estar con ellas todo lo que me gustaría.

Bastante curioso –como todo periodista que se precie–, en 1987 me ofrecieron ir al Gobierno Vasco para un periodo de tiempo que se preveía corto (eran los tiempos inmediatamente posteriores a la escisión del PNV) y dije que sí sin dudarlo. Luego estuve allí once años en los que, además de labores de periodista, me tocó, por carambolas de la vida, montar la política internacional del Gobierno, desde la Secretaría General de Acción Exterior. Fueron años muy bonitos. Me encanta crear cosas, poner en marcha proyectos. Además, me sirvió para patearme el mundo y conocer otras realidades diferentes. Me abrió mucho la mente aquella etapa. Después, me ofrecieron la dirección de EiTB y, por supuesto, también dije que sí. Era volver a mi profesión, aunque a unos medios, sobre todo la tele, que conocía menos. Fueron mis años de mayor plenitud profesional. Casi diez años de cambios tecnológicos, de competir por la audiencia, de adecuar nuestra radiotelevisión al nuevo siglo. Años en los que tuve que emplearme a fondo para dominar, medianamente bien, el euskera. No es ningún secreto que me dio mucha pena marcharme de allí. Pero es lo que tiene esto del compromiso: me propusieron dar el salto a la política en un momento importante para mi partido y acepté. Primero en la presidencia del Bizkai Buru Batzar y luego, una vez que Iñigo Urkullu fue designado Lehendakari, como su sustituto en la presidencia del Euzkadi Buru Batzar elegido por la Asamblea Nacional del PNV, algo que jamás hubiera pensado que podría ocurrir a lo largo de mis casi cuarenta años de militancia.

Solo concibo el trabajo si es en equipo. Siempre me he preciado de saber rodearme de gente. Y he tenido la suerte de poder contar con personas que, más inteligentes y preparadas que yo, me han ayudado a sacar adelante las cosas. ¡Ah! Y me gusta mucho reírme.

Soy andarín (ahora menos de lo que nos gustaría a mí y a mi pareja, Miriam), pero mi deporte favorito es el frontón, modalidad paleta-cuero, que practico semanalmente en reñidos partidos que algunas veces incluso gano. Otra de mis aficiones es ‘ir a hongos y setas’. Permitidme que no desvele los sitios, pero si el año es bueno ya suelo llenar unas cuantas cestas de boletus, urretxas, gibelurdiñas...

Otra de mis aficiones-pasiones es la buena mesa. No solo me gusta comer, también hago mis pinitos en la cocina. Sobre todo, me encanta asar en la ‘paila’ con carbón vegetal y, a juzgar por las numerosas visitas que tengo en casa, parece que no se me da mal. Me apasiona también el mundo del vino. Defensor a ultranza del Rioja, no desprecio sin embargo los caldos de Somontano, Duero o Burdeos, ni tampoco los mendozinos, chilenos o de Napa Valley. En verano, txakolí. Los que me conocen bien ya saben que mi secreta ambición es la de jubilarme trabajando en una bodega.

Soy un melómano medio y todoterreno, pero me gustan sobre todo los cantautores y solistas, desde Sabina a Phil Collins pasando por Benito Lertxundi o Fito, sin olvidar a Andrea Bocelli.

Leo todo lo que puedo, sobre todo novela. Últimamente he leído bastantes de género histórico.

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